miércoles, 19 de agosto de 2009

Siglo XXI invadido por la Cultura farandulera

Después de presenciar en "vivo y en directo" y durante algunas horas, la transmisión televisiva de los realities, lluvia y afloramiento de talentos se apoderan de nuestra pantalla día tras día. Se trata de la televización de la miseria o de constatar, una vez más, la mísera de la televisión?

Planteando desde una perspectiva humanitaria la idea es: ¿descubrir talentos en nuestros hermanos más desválidos o de subir puntos en el rating, transformando el anhelo, la perseverancia, el esfuerzo en un espectáculo equivalente a los shows de la cartelera televisiva?

Esto nos lleva a un tema ausente en la agenda-país. Entre tanta mesa de dialogo, los chilenos nos hemos definido cual es el rol de la televisión en nuestra sociedad.

A menudo nos enredamos en los sueldos de los animadores estrellas, el último chisme, las payasadas de algún bufón de moda y otras trivialidades por el estilo. Algunos directivos de los canales creen que el problema se soluciona distribuyendo salómonicamente el tiempo cronológico: 410 minutos para la concertación, y otros tantos para la Alianza por Chile. O, por cada 4 veces que se invita a u representante de la UDI, le toca el turno a Tomás Hirsch.

El punto parece ser otro, y el tema de los realities contribuyo a replantearlo, la TV sirve para distorsionar la realidad o debe facilitar un proceso de introspección que nos permita rescatar nuestra identidad, mirarnos como lo que somos e intentar un proyecto de país verdadero. No se trata de metáforas, la TV involucra todos los sentidos y trasciende meramente racional del cerebro. Genera un impacto emocional a través de lo visual y lo auditivo. Dicho de otra manera, pulveriza las distancias, todo lo hace más "próximo-prójimo". Pero, toda esa potencialidad tecnológica se desperdicia lastimosamente en los "realities", que saturan la programación televisiva.

A medida que avanza el día, la guerra por el "rating" ya está planteada explícitamente Canal Nacional y Universidad Católica se disputan la teleaudiencia del "espectáculo sentimental". Para que seguir, lo que partió como un intensivo fenómeno de destreza que, bien encausado, pudo ser el detonante de un proceso crecedor para la sociedad chilena, terminamos como otro eslabón de la cadena de frivolidades del show televisivo.

...Y así continúa el Show!!

G-luc

1 comentario:

  1. DEFINITIVAMENTE DE ACUERDO

    LO UNICO QUE SALVA LA TV SON LOS SIMPSON Y PADRE DE FAMILIA

    SALUDOS

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