sábado, 23 de mayo de 2009

¿En Chile se teme a las alternancias presidenciales?

La alternancia presidencial es un tema gravitante para el desarrollo, la armonía y la capacidad cívica de los habitantes de un país, más aún si éste país tiene un régimen presidencialista como el nuestro. A pesar de ello, es un argumento muy poco tratado tanto por las autoridades como por la ciudadanía chilena, motivado sin duda por nuestra nula visión de los cambios de gobierno.
En Chile prácticamente no sabemos de alternancias presidenciales, históricamente hemos rehusado a ellas, como si el dicho “prefiero diablo conocido que ángel por conocer” motiva las pocas desarrolladas neuronas cívicas de nuestro país. Tenemos miedo a los cambios de gobierno, somos una sociedad poco adaptable en este ámbito y cuando cambiamos generalmente lo hacemos de golpe, sin anestesia. Y comienza un nuevo ciclo, hasta que de golpe volvemos a cambiar.
Actualmente Chile está a punto de cumplir su bicentenario. En estos 200 años hemos pasado un sin fin de cosas, buenas y malas. La sociedad chilena ha cambiado mucho, hemos vivido períodos difíciles, nos hemos peleado, reconciliado, luchado etc. Sin embargo, a mi juicio sigue existiendo un patrón común que ha perdurado en generaciones que es nuestra poca capacidad de digerir los cambios políticos. Esperamos que esos cambios lleguen de golpe, y cuando ello sucede reaccionamos. Sin duda, nuestras raíces como ex colonia española influye, nuestros ascendientes estuvieron gobernados por una misma autoridad casi 300 años y luego de nuestra independencia siguió ese patrón con nuevos matices, ya que Chile fue (y es) gobernado por coaliciones políticas en prolongados periodos de tiempo, y cuando acontecía alternancia era en la gran mayoría de los casos consecuencia directa de acontecimientos muy alejado de lo meramente cívico.

Existen quienes piensan que la alternancia presidencial es determinante para el desarrollo de un país, pues estabiliza el poder político ayudando a la tradicional división de los poderes del Estado, y combate de forma evidente la corrupción que es un mal natural en coaliciones políticas que perduran un tiempo prolongado en sus funciones publicas. En cambio otros no piensan que sea la mejor opción, pues los proyectos de gobiernos importantes duran años en desarrollarse y madurar por completo, y con alternancia presidenciales esos proyectos en la mayoría de los casos (en la realidad chilena) quedarían a medio camino o simplemente no llegarían a buen puerto, pues los intereses políticos pesan más que el desarrollo del país.

Personalmente estoy de acuerdo en las alternancias presidenciales, pues efectivamente estabiliza el poder político y evita la corrupción, pero esa alternancia debe coexistir con cierto contexto, por ejemplo a duración del periodo presidencial. Actualmente el presidente dura 4 años en su mandato (éste tema lo trate en otro escrito, si les interesa léanlo), pienso que ello atenta directamente contra la alternancias presidenciales. En 4 años es imposible gobernar y desarrollar proyector de gobierno de jerarquía ya que lo más seguro es que si el gobierno siguiente es de oposición los estancaría, pues insisto, en la realidad chilena los intereses políticos pesan más que el desarrollo de nuestro país, y esto no es un comentario antojadizo, sólo basta ver los medios de comunicación para darse cuenta de ello.
Para que efectivamente exista una alternancia presidencial de altura, nuestro Jefe de Estado debe duran en su función sobre los 5 años. Lamentablemente los genios que nos gobiernan no piensan lo mismo, demostrando expresivamente que el pasado para ellos ha sido en vano o bien pueden tienen conciencia del pasado pero sus intereses políticos actuales tienen para ellos mayor importancia.

Luego ésta introducción, nos vamos directo al tema que nos constriñe. Daremos un paso por nuestra historia para analizar las distintas etapas que hemos franqueado, y nos daremos cuenta que el tema de la alternancia presidencial en Chile desde el inicio originó rechazo en la sociedad chilena.


Desde el 18 de septiembre de 1810, la mal llamada independencia de Chile, unos aristócratas chilenos con marcada tendencia ilustrada, encuentran que es el momento para la independencia definitiva de la corona española. Así la idea original de la primera junta nacional de gobierno encabezada por Toro y Zambrano que era la conservación del poder del rey español encarcelado en 1808 por manos napoleónicas, fue con el transcurso del tiempo disminuyendo, surgiendo fuertemente las ideas independentistas.
Brotaron entonces estas ideas de emancipación, pero con la liberación del monarca español en el año 1814, fueron fuertemente perseguidas y golpeadas. España arremetió contra las colonias americanas con inusitada violencia, pero particularmente al territorio que actualmente ocupa Chile y Argentina, pues eran los más revoltosos del barrio.
De este modo, en 1814 las fuerzas realistas llegan a Santiago luego del desastre de Rancagua, y por un acto digno de magia desaparecen los aristócratas que pregonaban ideas independentistas, entre ellos O higgins y José Miguel Carrera. Finalmente aparecen en la provincia del Cuyo (actual Mendoza), ahí permanecieron sus cuerpos e ideas independentistas, mientras en Chile las fuerzas españolas se regocijaban con el poder.

Posteriormente en Argentina se forma el tan célebre ejercito libertador de los andes, y al estar constituido marcha hacia Chile encabezado por San Martín y O higgins. Su objetivo principal, en un primer momento, era la independencia de Chile y posteriormente todo Latinoamérica. Luego de numerosas batallas 2 de ellas fueron determinante para nuestro país, la batalla de Chacabuco (1817) y Maipú (1818), que dieron como consecuencia una inapelable victoria de las fuerzas patriotas, produciéndose el paulatino destierro de las fuerzas realistas.
Se promulgada solemnemente nuestra acta de independencia el 12 de febrero de 1818, que declaraba que Chile forma un Estado libre tanto de la dominación española como de cualquier otra potencia y por tanto en plena facultad para adoptar la forma de gobierno que más conviniera a sus intereses. Si bien nuestra acta de independencia solemnemente mencionaba que era libre de elegir su forma de gobierno, el año anterior luego de la batalla de Chacabuco, se reunió un cabildo abierto con el objeto de considerar a los futuros gobernantes del país. Se acordó nombrar una autoridad que se denominaría Director Supremo de la nación y se nominó a San Martín, cargo que rehusó por considerar que lo debía desempeñar un chileno. En un segundo cabildo abierto el 18 de febrero de 1917 acordó entregarle el mando con el titulo de director supremo a Bernardo O higgins.

Como observamos desde 1810 a 1817 no era tiempo para alternancias en el poder porque Chile todavía no lograba su independencia, hay que sumar que el poco poder que existía tenía que estar concentrado en un objetivo común que era alcanzar precisamente nuestra tan anhelada independencia. Luego de la batalla de Maipú, y ya afianzada nuestra independencia, podemos entonces entrar de lleno a lo medular.


O higgins ya siendo Director Supremo en 1818, dicta una Constitución provisoria que no exteriorizaba nada sobre el periodo de mando del Director Supremo, entonces indiscutiblemente la idea de alternancia en el poder no pasaba por la cabeza de O higgins. Entonces surge una nueva etapa en nuestra historia, la llaman Patria Nueva, que se desprende de 1818 a 1823, tiempo en que O higgins monopolizó el poder. Al cabo de 1521 ésta dictadura a mi juicio necesaria para la organización del Estado y las instituciones fundamentales que debían regir los destinos de la nación, fue generando opositores.

Por la presión que generaban estos opositores, O higgins llamó a la instalación de un Congreso y presentó su renuncia que finalmente fue rechazada. Unos meses después el Congreso aprobó una nueva Constitución (1822) conservando algunas disposiciones de la Constitución provisoria de 1818, pero con modificaciones sustanciales como la duración del periodo de gobierno del Director Supremo. Entonces estimados/a este es el momento donde vemos claramente por primera vez en nuestra historia como país independiente la idea de alternancia en el poder, pero fue sólo una idea ya que no logro concretarse porque ésta Constitución no entró en vigencia producto que la idea de fraude tomó fuerza en las filas opositoras a O higgins, fraude maniobrado por el mismo O higgins para la aprobación de la mencionada Constitución.
Que curiosidad, por fin se habla de la alternancia en el poder y casi se arma una guerra civil (como si fuera un presagio de lo que sucederá más adelante) porque Freire negó la autoridad de los acuerdos tomados por el congreso, desacuerdo que adhirió la provincia de Coquimbo y se extendió a lo largo de país. Frente a ello, unos aristócratas de Santiago se reunieron en un cabildo abierto pidiendo la renuncia del Director Supremo. O higgins prácticamente no tuvo otra opción que renunciar y entregó el poder a una junta de gobierno, posteriormente tomó sus maletas y se radicó de por vida en Perú, nunca pudo volver a su tierra.

Luego de el autoexilio de O higgins en 1823, podemos observar una clara alternancia en el poder, pero esa alternancia estaba muy lejos de lo estrictamente cívico.


Desde 1823 a 1831 nos encontramos con una nueva etapa, algunos historiadores la denominan “Anarquía”, otros prefieren llamarla “Ensayos Constitucionales”. Fuera de éste alcance de nombres, lo cierto es que fue una época complicada pero a la vez necesaria para la estabilidad del país y su maduración como tal, ya que comenzaron a exteriorizarse más agudamente los distintos pensamientos políticos que darán vida al siglo XIX y principio del siglo XX e incluso hasta la actualidad tienen influjo en nuestro país.

Este periodo fue bastante ajetreado, fueron varios los que presentaban sus visiones de cómo debía ser la organización del Estado, produciéndose el tradicional confronte de ideas. Entonces fueron alineándose los pensamientos dando como resultado el surgimiento de dos grupos opositores, los Pipiolos y los Pelucones.

En estos 8 años, se dictaron dos constituciones: la de 1823 y 1828. La primera establecía que el poder ejecutivo tenía que ser servido por un Director Supremo, quien duraba en sus funciones 4 años con posibilidad de reelección. Podemos observar entonces la idea de la alternancia, sin embargo ningún Jefe de Estado en vigencia de ésta Constitución culminó su mandato.
Posteriormente se dicta la Constitución de 1828, dispuso que el poder ejecutivo es ejercido por el Presidente de la Republica, quien duraba 5 años pero sin posibilidad de reelección. En ésta carta fundamental, conocida como la Constitución liberal, también observados la idea de alternancia en el poder ejecutivo, sin embargo del mismo modo ningún Jefe de Estado terminó su gobierno, de hecho, en esos 8 años ninguno de los más de 15 jefes de Estado terminó su mandato (incluso algunos duraban sólo días), de ahí el nombre de esta etapa. Por lo mismo, desde 1823 a 1831 se refleja una gigantesca alternancia en el poder, pero ello no fue consecuencias de importes cívicos, más bien fue consecuencia del desorden en el país para organizar la forma de Estado.
Así en este clima anárquico, se enfrentaron las dos líneas opositoras más poderosas, los Pipiolos que por doctrina posteriormente dieron paso al Partido Liberal y los Pelucones que hicieron lo mismo con los Conservadores. Para diferenciar uno de otro bando, los pipiolos eran férreos defensores de los postulados políticos del liberalismo, influenciados por la Independencia de los EEUU y la Revolución Francesa. En cambio, los pelucones y cito a Jaime Eyzaguirre (Fisonomía histórica de Chile Pág. 110) “eran fieles a su espíritu realista (de realiza), falto de imaginación e inminentemente practico, recelan de las lucubraciones filosóficas y desconfían por instinto (como grupo dirigente) de toda innovación precipitada”. En palabras simple eran los viejos momios.
Estos dos grupos se enfrentaron protagonizando la primera gran guerra civil de nuestro país, la conocida Batalla de Lircay que dio como vencedores a los Pelucones, dando paso a una nueva etapa de nuestra historia.

Como logramos observar, fue un tiempo complicado para Chile de 1823 a 1831. Todavía no podemos hablar de alternancia íntegramente, porque si bien ya existía una determinación del poder de mando y hubo consecutivamente varios presidentes de distintos bandos, ello fue en un contexto anárquico muy alejado de lo republicano. No existió entonces alternancia, lo que existió fue desgobierno.

Desde ahora en adelante podemos observar una mayor estabilidad de los gobiernos, y los pensamientos políticos nítidamente diferenciados. Observamos a si mismo un Chile más republicano, pero faltó mucho tiempo para que lo fuera del todo, incluso actualmente todavía nos falta, por ejemplo el tema del sistema binominal entre otros.

Ahora pasamos a una nueva etapa, y siendo fieles a la tradicional división de la historia de Chile, saltamos a la época conocida como la Republica Autoritaria, que se desprende desde 1831 a 1861.

Desde 1831 a 1861 gobernaron 3 presidentes, Joaquín Prieto (1831-1841), Manuel Bulnes (1841-1851) Y Manuel Montt ( 1851-1861). Para hablar del tema de la alternancia, es necesario hacer unas precisiones de importancia.

En este tiempo, se advierten dos regimenes diferentes: El Presidencial (eran adeptos los pelucones) y el Parlamentario (tenia mas empatía entre los pipiolos). Estos 30 años se observa un régimen presidencial robustecido, incluso más fuerte que el actual. El Presidente tenía amplias facultades que fueron otorgadas por la Constitución de 1833. Como señalan algunos historiadores, el Presidente de la Republica era un pequeño monarca, de esta forma todavía nuestro país no se podía desligar de la sombra española en esa época.
La Constitución de 1833 consagraba en sus disposiciones la posibilidad de reelección del Presidente y todos los Presidentes que gobernaron bajo esa disposición CURIOSAMENTE obtuvieron su reelección, esto demuestra expresivamente que en Chile la alternancia presidencial desde un inicio fue batallada.
En este tiempo no observamos una disputa entre partidos políticos (pues formalmente no existían), sino más bien vemos una trifulca entre distintas corrientes de pensamiento, el liberalismo y el autoritarismo. Los Presidentes recién mencionados pertenecían a la línea autoritaria, cuyos adeptos eran los pelucones ganadores de Lircay. Entonces en estos 30 años no existió alternancia de pensamientos políticos en la presidencia.
Sin embargo, en el segundo gobierno de Manuel Montt, a mi juicio vemos con claridad la incorporación de partidos políticos a la vida cívica, porque antes de ello sólo existían movimientos políticos como el Club de la Reforma. Luego de estas precisiones vamos a lo medular.

Como mencioné durante estos 30 años Chile estuvo gobernados por los ganadores de Lircay. Ellos fueron los pelucones que estrictamente no fueron partido político, más bien fue una corriente de pensamiento. Estos pelucones eran llamados así peyorativamente por sus adversarios, los Pipiolos. Pero ellos mismo se autodenominaban Conservadores, quienes se caracterizaban por su apego a la autoridad fuerte (se demostró en la Constitución del 1833) y a la Iglesia. Durante los gobiernos de Prieto, Bulnes y Montt fueron la base de la vida política, como también de base de freno de nuevas reformas liberales. Durante el gobierno de Montt se dividieron, dando nacimiento dos partidos políticos distintos, el partido Conservador y Nacional.

Entonces, en estos 30 años no existió alternancia presidencial, pues los presidentes que gobernaron pertenecían a la misma corriente de pensamiento.
Luego del gobierno de Montt, llega a la Presidencia un liberal (a medias) don José Joaquín Pérez (1861-1871), pero esta alternancia presidencial fue motivado por acontecimientos muy alejado de lo exclusivamente republicano, pues fue necesaria una guerra civil ( 1859) para el cambio presidencial, lo que demuestra lo que mencioné en el principio del escrito, cuando existen alternancia presidencial en la mayoría de los casos viene antecedido por acontecimientos que de alguna manera lo obligan, y no nacen de la forma espontánea como debe suceder en un país que se autodenomina democrático.

Como conclusión de ésta epata, en estos 30 años no existió alternancia presidencial y cuando lo hubo fue consecuencia directa de un acontecimiento muy alejado de lo exclusivamente republicano, en estricto rigor fue consecuencia de una guerra Civil, lo que me ayuda a justificar el presente escrito.


Nos vamos entonces a una nueva etapa, la llamada por los historiadores: Republica Liberal que se desprende de 1861 a 1891.

Llegan por fin al gobierno los descendientes de los Pipiolos, los Liberales. Durante ésta etapa de nuestra historia fueron presidentes: José Joaquín Pérez (1861-1871), Federico Errazuriz Zañartu (1871-1876), Aníbal Pinto (1876-1881), Domingo Santa Maria (1881-1886) y José Manuel Balmaceda (1886-1891). Y como es ya una constante, obviamente no existió alternancia presidencial.

Antes de entrar en detalles, nuevamente es necesario dar unos datos previos de importancia que tienen como único objeto ilustrar, para que su comprensión sea más optima.

Sin duda alguna, la llegada de los Liberales a la presidencia fue motivada por la guerra civil de 1859. Fueron varios los motivos que la gatillaron, pero principalmente fue la separación de los Pelucones entre el partido Conservador y el Nacional. Básicamente ésta división se produjo por las dificultades que tuvo el gobierno de Manuel Montt con la iglesia católica. Esta última en el gobierno de Montt extremo sus exigencias, por ejemplo exigió la prohibición del ejercicio público de otros cultos que no fueran católicos (entre otros requerimientos). Manuel Montt se negó. Como consecuencia de estas dificultades con la autoridad eclesiástica, se produjo la salida del gobierno de un grupo que en adelante se llamará Conservador.
Al negarse Montt a las pretensiones de la Iglesia Católica, comenzó a generalizarse un descontento social auspiciado por la misma Iglesia y el nuevo partido conservador. De esta forma, el partido conservador, fiel a su tradición “democrática”, comenzó a preparar un golpe de estado simulado, no obstante ello las muertes comenzaron a suceder.

Mencioné esta guerra civil porque fue gravitante para la alternancia, si quieren mayores detalles de ésta guerra, vean sus libros de historia.
Para completar el marco, el Partido Nacional fue integrado en un primer momento por “conservadores moderados” que no aceptaban el predominio eclesiástico sobre el poder civil.

Si bien es cierto llega al gobierno un Liberal, como fue José Joaquín Pérez, a mi juicio fue una época de transición política. Pues al separarse los pelucones entre los Nacionales y Conservadores se pelearon a muerte. A tal punto, que José Joaquín Pérez llegó al gobierno por el apoyo de los Conservadores, formándose la Fusión Liberal Conservadora. De nuevo observamos que los cambios presidenciales generalmente no son absolutos en Chile, pues si no hubiese existido la guerra civil del 1859 y el posterior apoyo del partido Conservador al Liberal, Pérez no habría llegado a la presidencia. El Partido Nacional quiso como presidente a Antonio Varas, pero éste se negó reiteradamente a su candidatura, así el Partido Nacional ni tonto ni perezoso apoyo a Pérez, pero en el transcurso de su gobierno fueron distanciándose paulatinamente.
En el gobierno de Pérez, la Constitución todavía consagraba la posibilidad de reelección del Presidente, y saben que? la obtuvo, gobernando de 1861 a 1871.

En el año 1871 finalmente los liberales obtuvieron un triunfo que buscaban hace décadas. Acontece la gran modificación a la Constitución de 1833, que entre otras disposiciones prohibía la reelección del Presidente de la Republica. Esta modificación fue importante, pues si no se hubiese consagrado constitucionalmente la imposibilidad de reelección del Presidente, lo más seguro es que hubiesen seguido obteniendo la reelección, como ya era una constante en esas altura, influenciado sin duda alguna al temor que siempre ha existido en Chile a los cambios de gobierno.

Al término del gobierno de Pérez, llega a la presidencia Errazuriz Zañartu con el apoyo de la alianza liberal conservadora. Otra vez no existió alternancia presidencial, pues el candidato del Partido Nacional y del nuevo Partido Radical (a esa altura era oposición) ungieron candidato a Urmeneta que fue derrotado los Erraruziz. En el transcurso del gobierno de Erraruziz, la alianza liberal conservadora entró en crisis, principalmente “como no” por razones teológicas lo que provocó su ruptura. Hasta entonces, no existía oposición fuerte, pues los partidos más poderosos estaban en el mismo bando, pero con la ruptura de la alianza conservadora podemos observar oposiciones mas firmes, pero ello no influyo en lo absoluto en el tema de la alternancia presidencia.

Después del gobierno Errazuriz, los bloques políticos comienzan a distorsionarse, unos de cambian de lado, otros siguen, influenciado por motivos “como no”, religiosos y siendo una verdadera crónica de una muerte anunciada para el régimen presidencialita imperante hasta entonces.

Luego asume la presidencia Aníbal Pinto, quien llega al gobierno como candidato del Partido Liberal con el apoyo de los nacionales. Los conservadores como ya no permanecían en el gobierno presentó la candidatura de Vicuña Mackenna, que fue derrotado. Entonces de nuevo no existió alternancia para variar.

Posteriormente llega a la Presidencia Don Domingo Santa Maria, en este periodo vemos una oposición fuerte, posiblemente las más fuerte que había vivido el país a esa altura. Santa Maria llega a la presidencia como candidato del Partido Liberal, con el apoyo de Radicales y Nacionales. El partido Conservador estaba en la oposición, quienes presentaron la candidatura de Manuel Baquedano, pero éste renuncio a su candidatura por considerar que era imposible ganarle al candidato del gobierno. Fue una época de cambios, los liberales y conservadores se odiaban a morir, Santa Maria fue sin duda el más liberal de los liberales. Se dictó en su gobierno las leyes de cementerios laicos, de matrimonio civil y registro civil, lo que iba directamente en contra de los intereses de la Iglesia, incluso algunos acontecimientos en su gobierno provocaron la ruptura de relaciones diplomáticas entre el Estado de Chile y el Vaticano. Todo esto fue provocando un alejamiento entre los liberales y conservadores, pero a pesar de ello, los conservadores como oposición no llegaron candidato a las siguientes elecciones, donde era aspirante a la presidencia del Partido Liberal don José Manuel Balmaceda. Básicamente los conservadores no presentaron oposición, porque en una conversión acordaron la designación del candidato del partido la hiciera el directorio, ellos apoyaron a José Francisco Vergara, exigiéndole que si llega a la presidencia tenia que volver las reformas del gobierno anterior a lo que era antes, lo que rehusó, renunciando a su candidatura. De este modo, el principal candidato era precisamente el del gobierno don José Manuel Balmaceda que finalmente llegó a la presidencia. Otra vez no existió alternancia presidencial.

Como conclusión: Desde 1861 a 1891 no existieron alternancias presidenciales en Chile, todos los presidentes que llegaron al gobierno fueron candidatos del partido liberal, pero en el transcurso del tiempo fueron apoyados por diferentes partidos que iban prácticamente rotándose para comer las sobras del partido liberal. Luego de Errazuriz, el partido conservador se canso de comer sobras, y comenzó a formar una oposición firme pero que no le sirvió de nada, pues sus candidatos fueron derrotados por los liberales. Se observa claramente que no existió alternancia, y ello es una constante es nuestra historia.


Vamos entonces a una nueva época de nuestra historia, al régimen parlamentario que va desde 1891 a 1924.
En el escrito, mencioné la disputa que existió en el siglo XIX entre el régimen presidencial y el régimen parlamentario como forma de gobierno. Esta disputa viene desde la época de la anarquía, pero que con la Constitución de 1833 se zanjo dando como ganadores al régimen presidencialcita. Sin embargo, en el gobierno de José Manuel Balmaceda le quedaba poco tiempo de vida. No entraré en detalles, básicamente en 1891 en pleno gobierno de Balmaceda se produjo una lamentable guerra civil, la famosa guerra civil de 1891, causada enteramente por intereses políticos. Acá vemos un fraccionamiento del partido liberal cuyas partes se dividieron en el congreso, quienes tenían la idea junto con la oposición de neutralizar las decisiones de Balmaceda. Insisto, no entrare en detalles, porque ese tema no nos convoca.
Se arma la guerra civil, perdiendo Balmaceda y dando paso a una nueva etapa de Chile, el régimen parlamentario, caracterizado por el predominio absoluto del poder parlamentario (congreso) sobre el poder ejecutivo (presidente).

Luego de la guerra civil, comienzan los partidos alianzarse en confederaciones de partidos. Empezaron a mezclase unos con otros, a juntarse, mutarse en fin. Las dos principales coaliciones que se organizaron luego de la guerra civil fueron la Alianza Liberal y la Coalición. Gobernaron en este periodo 7 presidentes, fueron: Jorge Montt (1891-1896), Errazuriz Echaurren (1896-1901), Germán Riesco (1901-1906), Pedro Montt (1906-1910), Ramón Barros Luco (1910-1915), Juan Luis Sanfuente (1915-1920) y Arturo Alessandri (1920-1925 y 1932-1938)

No pondré mayor hincapié en esta parte de la historia, pues si bien es cierto existió alternancia presidencial entre la coalición y la alianza liberal, ello pasaba a segundo plano, pues existía un régimen parlamentario y quienes gobernaron todo ese tiempo en el congreso fue la oligarquía, quienes estaban cómodos con un asiento en el parlamento, no les importaba mucho la política, les importaba solamente las ganancias del salitre.
Las variaciones en el poder entre uno y otro bando, produjo el mecanismo conocido como rotativa ministerial (cambio de ministros) que situó a los presidentes a una posición subordinada a los intereses partidarios provenientes del congreso. En palabras simple, el congreso elegía a los ministros de Estado reiteradamente, cosa que gracias a las circunstancias no sigue actualmente. La oligarquía entonces jugaba con el presidente de turno, importado poco si era de la Coalición o de la Alianza Liberal, en el fondo era lo mismo, no había oposición, todos estaban del mismo bando, incluso partidos que permanecían a la Alianza pasaban a la coalición y viceversa, fue a mi juicio una dictadura encubierta de la Oligarquía, fue un mal chiste.

Entonces desde 1891 a 1924 a mi juicio no existió alternancia presidencial, fueron 33 años en que el presidente era un juguete que tenia como objeto hacer reír a la oligarquía llenándole los bolsillos de dinero. Todo ello fue cambiando por la incorporación de nuevos pensamientos políticos hasta entonces ignorados, surgen entonces las ideas marxistas y el descontento social que por primera vez en la historia fue temido por las autoridades.

Finalmente termina esta etapa oscura para nuestro país, dando paso a una nueva parte de nuestra historia donde por fin observamos alternancias presidenciales de jerarquía, pero que no terminaron de la mejor manera.


Entramos de lleno a una nueva época, la que algunos llamamos pequeña anarquía que se desprende de 1925 a 1932. Se caracteriza por la promulgación de una nueva carta fundamental, la Constitución de 1925. El sistema parlamentario estaba en decadencia, fue entonces necesaria una nueva constitución que devolviera el equilibro entre el poder ejecutivo y parlamentario, pero que finalmente se inclinó al poder ejecutivo. Arturo Alessandri fue el artífice de esta nueva constitución. El presidente entonces se hallaba nuevamente robustecido por el poder que la constitución de 1925 le otorgo. Luego del primer gobierno de Alessandri, el país pasa una grave crisis social y económica. Llega a la presidencia Figueroa, que finalmente renuncia por presión de Carlos Ibáñez quien asumió la presidencia porque no tenía opositores. Finalmente es obligado a renunciar y toma el poder Juan Montero que finalmente fue derrocado. Se formó una pequeña republica socialista sin existo.

Luego del desorden anterior, llega a la presidencia nuevamente Arturo Alessandri, quien gobierna de 1932 a 1938. Como podemos observar de nuevo, prácticamente no hubo alternancia presidencial. Me explico, Alessandri terminó su gobierno en 1925 en un gran desorden que intento arreglar con la Constitución de 1925, pero que en un principio no funcionó pues existió una verdadera pequeña anarquía entre 1925 a 1932. Entonces al terminar ese paréntesis, vuelve de nuevo Arturo Alessandri, demostrando que no existió una adecuada alternancia presidencial, derechamente pienso que no la hubo.

Luego de Alessandri PODEMOS POR FIN HABLAR DE UNA ADECUADA ALTERNANCIA PRESIDENCIAL DE JERARQUIA DEMOCRATICA, Asume la presidencia uno de los grandes presidentes de la historia de Chile, Don Pedro Aguirre Cerda (1938-1941). Pedrito llegó al gobierno como candidato del partido Radical a la presidencia. Lamentablemente no pudo culminar su mandato porque falleció. Sus sucesores fueron Ríos (1941-1946)y Gonzáles Videla (1946-1952), ambos radicales. Entonces tampoco desde 1938 a 1852 existió alternancia presidencial, demostrando nuevamente que los chilenos prefieren ser gobernados por partidos o por coaliciones políticas durante un largo tiempo, en vez de optar por las alternancias presidenciales.
Luego de Gonzáles Videla, llega a la presidencia nuevamente Ibáñez del Campo (1952-1958). Acá podemos observar una alternancia presidencial, pero a medias, porque si bien es cierto Gonzáles Videla era de otra coalición, al final de su mandado se veía más empático con la oposición encabezada entonces por Ibáñez.

Ahora según mi criterio, VAMOS A VER LA MAS IMPORTANTE CADENA DE ALTERNANCIAS PRESIDENCIALES DE JERARQUIA DEMOCRATICA DE LA HISTORIA DE CHILE. Esta cadena de alternancias presidenciales fueron encabezadas por Jorge Alessandri (candidato independiente de centro-derecha1958-1964), Eduardo Frei Montalva (candidato de la democracia cristiana, 1964-1970) y Salvador Allende (candidato del partido socialista.1970-1973). Por fin en la historia de Chile vemos alternancias presidenciales consecutivamente, por fin la ciudadanía no tuvo temor, pero todo terminó por acontecimientos muy alejados de lo meramente republicado.

Luego del golpe o pronunciamiento militar como quieran llamarte, nuestro país comenzó a ser gobernada por una junta de gobierno. Esta junta gobernó hasta 1980, año en que por plebiscito de aprobó una nueva Constitución que nos rige hasta la actualidad, y que proclamaba como Presidente de la Republica a Augusto Pinochet. En suma, fueron 17 años gobernados por un mismo toque político.
En 1990 llega la democracia, y asume la presidencia el candidato de una nueva coalición política llamada Concertación. Acá no hubo una alternancia presidencial, lo que hubo fue un cambio de régimen que desencadeno un cambio presidencial, pero estrictamente a mi juicio no fue alternancia. Asume la presidencia el candidato de la ésta nueva coalición que es integrada por Radicales, Socialistas, Demócrata Cristianos y el PPD. Desde 1990 hasta la actualidad han gobernado Chile, siendo presidentes Patricio Aylwin (1990-1994), Eduardo Frei Ruiz-Tagle (1994-2000). Ricardo Lagos Escobar (2000-2006) y el actual gobierno de Michel Bachelet Jeria (2006-2010).


Como hemos visto en mi humilde resumen de la historia de Chile, las alternancias presidenciales son una excepción es nuestra historia, y cuando las hay, pasa generalmente por motivos muy alejados de lo netamente republicano.

Nos dimos cuenta que desde el inicio de nuestra historia la alternancia presidencial fue batallada por la sociedad chilena. Comenzamos nuestro análisis de 1810 hasta la actualidad. Hemos fraccionado la historia para lograr comprender a cabalidad éste tema de la alternancia. Nos dimos cuenta que desde 1810 a 1817 en nuestro país no era tiempo de alternancias de autoridades, pues era necesario lograr nuestra independencia. Luego de conseguida ésta, emprendimos nuestro viaje como país independiente. Desde aquel gobierno de O higgins nos dimos cuenta que en la génesis de nuestra historia la alternancia presidencial no fue muy recibida. Dejó el gobierno o higgins, y nuestro país pasó por una anarquía política que perduró hasta 1831, etapa caracterizada por continuos cambios en el gobierno, pero esos cambios no fue motivado por acontecimientos democráticos, mas bien sucedieron por un desorden interno del país.

Terminó esta etapa y entramos a la época de los gobiernos autoritarios, que duró 30 años. Esta etapa culminó con una guerra civil (1859) que desencadeno la primera alternancia presidencial más republicana de Chile, pero esta alternancia fue viciada, pues fue necesario la mencionada guerra civil y los factores políticos que mencione en el escrito.

Luego pasamos a la época de los gobiernos liberales, que culminó con otra guerra civil (1891). En la etapa de los gobiernos liberales no existió alternancias presidenciales, sólo al termino de esta etapa lo observamos, pero ello fue consecuencia de la mencionada guerra civil de 1891.

Luego vimos una nueva etapa (periodo parlamentario) caracterizado por el fraccionamiento del partido liberal, que fueron con el tiempo organizándose en confederaciones con otros partidos. Ello dio vida a la Alianza liberal y a la Coalición que se mantuvieron en el poder hasta 1924, año que fue necesario un golpe de estado y la posterior Constitución de 1925 terminar ese periodo. En esta etapa parlamentaria, como mencione en el escrito, no existió alternancia presidencial de jerarquía democrática, pues todos estaban en definitiva en el mismo bando.
Se produce la pequeña anarquía en 1925 a 1932 y asume nuevamente la presidencia Arturo Alessandri. Me sumo a lo que mencioné en el escrito que ello, a mi juicio, no fue alternancia.
Luego de Alessandri llega a la presidencia Pedro Aguirre Cerda, acá vemos la primera alternancia presidencial de la historia de Chile con jerarquía democrática. Fueron 120 donde Chile no tenia conocimiento al respecto.
Asume la presidencia consecutivamente los radicales hasta 1952, donde obviamente no existió alternancia.
Llega a la presidencia Ibáñez, luego Jorge Alessandri que eran del mismo toque político. Luego pasamos a la época donde existió consecutivamente la cadena de alternancia presidencial más importante de nuestra historia, Jorge Alessandri, Frei Montalva y Allende.
Luego desde 1973 pasaron 17 años donde Chile fue gobernado por el mismo matiz político, y actualmente llevamos 18 gobernados por una misma coalición.



En todo el transcurso de la nuestra historia, como observamos, sólo han existido 4 a lo más 5 alternancias presidenciales de altura, acorde con un sistema democrático, y ello habla mal de nosotros mismo como sociedad, pues somos muy poco tolerantes políticamente hablando. Espero que en un futuro, si existen verdaderas alternancias presidenciales no terminen como a sucedió hasta la actualidad generalmente con guerras civiles.
Pienso que a nuestra política le falta mucho por madurar y actualmente se sigue reflejando ello. Intereses mezquinos condenan a nuestros políticos, tanto de uno como otro bando, pero “es lo que tenemos” y siempre vamos a tener mientras no maduremos como sociedad, pues si esperamos que maduren primero la política, vamos a tener varias guerras civiles más, varios golpes de Estado más, y lamentablemente varios difuntos más. Para que ello no suceda, es necesario tener un país mas educado (la única forma de madurar socialmente es a través de la educación, pero como vemos nuestra enseñanza la mejor opción es fomentar lo autodidacta), más representativo, más republicano, más democrático, pues en la media que el sistema sea más abierto, y no tan cerrado como el actual, podemos formar una democracia más sólida y con una mejor proyección para el futuro, pero lamentablemente existen poderes fácticos que impiden ese proceso, aunque no nos extrañemos tanto, pues históricamente ha sido así, y los mas probable es que lo siga siendo.

Existe temor a los cambios presidenciales, más aún si dentro de las esferas políticas estamos acostumbrados a elegir al menos malo. Las oposiciones en el transcurso de la historia en Chile dejan mucho que desear. Actualmente sucede lo mismo, existe como oposición dos partidos políticos que se autodenominan “Alianza” que de coalición política no tienen nada, más bien sobreviven retroalimentándose, sencillamente subsisten.
Entonces caemos en un circulo vicio, sin capacidad cívica, sin oposiciones fuerte y fieles a los intereses del pais, sin poca capacidad de adaptación política de la sociedad chilena y con una desconfianza creciente en nuestros políticos, el resultado da igual a un desconocimiento general en nuestra sociedad de las ventajas y desventajas de los cambios presidenciales, existe impericia que los políticos saben utilizar muy bien para sus propios intereses y lo seguirán haciendo mientras la sociedad chilena siga siendo tercamente indocta.

Ensayo 2008.

No hay comentarios:

Publicar un comentario